La casa está,
sola como mi corazón,
y el tictac del reloj,
solo el piano,
es mi amigo en el dolor.
La noche ha caído,
y ya se fueron,
a dormir los niños,
mientras que de rodillas,
rezó por mi mujer.
El dolor de un parto,
en un mes de agosto,
la lleve conmigo,
en un taxi rumbo hasta la asistencia,
que la atendiera un doctor.
Consumiendo sin medida,
muchos cigarrillos,
esperando ansioso,
que naciera pronto,
nuestro cuarto hijo,
sin saber lo que iba ha suceder.
De pronto se abrió una puerta,
y se apareció el doctor,
hombre ten valor y fuerza,
tu esposa acaba de morir.
No, no Dios mío no puede ser,
que te lleves a mi mujer,
si yo la quería tanto…
Hoy, yo,
no se lo que voy ha ser,
Dios ayúdame dame fe,
los niños preguntan tanto.
Hay donde está,
nuestra madre papá,
verdad que arriba está,
como algo celestial.
Amanecido y tengo,
que ir a trabajar,
los niños ya se van,
a la escuela y la casa en soledad.
Llega el domingo,
y todos vamos a rezar,
al templo por mamá,
van tres meses que no la vemos ya.
No, no Dios mío no puede ser,
que te llevas a mi mujer,
si yo la quería tanto.
Hoy, yo,
no se lo que voy a ser,
Dios ayúdame dame fe,
los niños preguntan tanto.
Hay donde está,
nuestra madre papá,
verdad que arriba esta,
como algo celestial.
Alex Minantti - Huesped del cielo
viernes, 29 de agosto de 2008Publicado por dulce despertar en 15:20
Etiquetas: Alex Minantti
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